Juventud divino tesoro



Juventud divino tesoro, reza una vieja frase, cuya interpretación en este trabajo estaría de más. Es en los jóvenes, todos los jóvenes, que descansan los principales motores del desarrollo en todos los órdenes: científico, social, productivo, político, cultural… Potencialmente son la fuerza más revolucionaria de cada sociedad.
Pero ese es un rol que no puede circunscribirse  a la enunciación. Que los jóvenes protagonicen el avance en cada proyecto tiene que hacerse real en su percepción como grupo social, y tiene que ser favorecido por las estructuras de cada Estado para que se concrete.
Revisemos críticamente cómo se evidencian tales propósitos en una sociedad como la cubana. Oportunidades no faltan a las nuevas generaciones en esta isla. El sistema educacional asegura instrucción y acceso al disfrute cultural a todos los adolescentes y jóvenes. La educación más que un derecho es una obligación social hasta el NOVENO grado, y esto tiene que ser comprendido a cabalidad.
Significa que toda persona antes de los 14 años tiene la obligación de educarse, y se le tienen que garantizar las condiciones para ello. De ahí tiene entonces el deber de formarse en un conocimiento específico y útil, hacerse de un oficio o profesión, que le permita aportar a su sociedad.
Tiene la juventud cubana además las estructuras necesarias para ejercer su derecho a participar, a protagonizar no solo en el orden productivo, sino sociopolítico, desde la militancia, en organizaciones estudiantiles, de masas, gremiales, y políticas. Y tiene el deber de hacerlo con sentido del momento histórico, como expresara nuestro Comandante en Jefe.
Tienen los jóvenes el deber de pensar, soñar, y construir revolucionariamente su sociedad, o sea, en constante movimiento hacia mayor justicia, equidad, espiritualidad, soberanía, satisfacción, sentido de pertenencia. Y lo pueden hacer desde las aulas, los puestos de trabajo, ya sean de producción, servicios, investigación, creación artística… Existen las vías, las posibilidades para ello, y un mundo mejor por hacer realidad. 
En el Día Mundial de la Juventud vale reflexionar para ese gran segmento de la población cubana, de la moense en particular, en su derecho y deber de participar, de protagonizar constantemente el hacer Revolución.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Mi Gente Mi pueblo Gustavo Machín

La cultura no tuvo momento fijo en el 2016